Vuelvo al camino

viernes, 14 de enero de 2011

     Estimado amigo:

     anda de nuevo este corazón de peregrino palpitando a buen ritmo, como te dije hace unos dias, andaba ya con ciertas rebabas y con estrecheces y a buena fé te digo que no era ni mucho menos lo que me imaginaba. Y me acordé de tí, bastante, y entiendo ahora del porque de tú escepticismo a los galenos, a los clínicos, a las camas duras de hospital, al olor de comida a rancho, al "ven que te hacemos una prueba y vemos lo que hay", al saber que hay algo pero me hago el loco como si "ná", a mi nunca me pasará.

     ¿Que como me tengo que tomar ésto?, habrá que tomárselo de una forma responsable para mirar el futuro con mi gente a mi lado y saber que ha habido un momento transcendental en mi salud que no debe volverse a repetir, que debo aprovecharlo, el cuerpo, en esta jodida vida de estrés y mala leche, no suele darte oportunidades y pienso que me la ha dado. ¿Que si le he visto las orejas al lobo?, bueno verlas, verlas no, pero si me han informado que no las ví porque ese dia andaba despistadillo en otras historias. ¿Que va a ser difícil estar siempre de risas y feliz?, pues si, difícil, complicado y si acaso casi imposible, pero esa va a ser mi lucha sana, por mi y por todos los que me rodean.

     No sé si tendré otra oportunidad, tampoco la voy a buscar, entiendo que debo pensar en lo positivo de la vida y a ella me voy a aferrar, ¿qué como?, pues cada maestrillo tiene su librillo, y yo con el apego que le tengo ahora a esto del camino me voy a preparar cual si fuera a salir de casa y llegar hasta el fin de la tierra.

     A pesar de no tener prisa, el camino que voy a intentar debe ser largo, no quisiera llevar en la mochila mucho peso, quisiera ser escueto con la carga, que no me pese mucho, con lo justo, no voy a querer cosas inútiles, ni despiadadas, la tengo que llenar de felicidad, tengo que meterle alegría, también risas y carcajadas, tampoco me pesará mucho llevar en la mochila ánimo y energía y brío y fuerza y quiero colmarla de amistad. ¡Bueno, bueno!, no sé si tendré mas sitio, pero si me cabe todo ésto y no pesa mucho la llevaré sobre mi espalda. Allí está mi bordón, mi gancha, la gancha extraña que manipuló mi buen amigo Domingo, sobre ella me apoyaré por si viene un pequeño mal rato, ella deberá de soportarme si en algùn momento llega la fatiga y el cansancio de la vida. Ahora me falta, una vez recuperado, estar en el sendero del dia a dia donde estarán los mios, mi familia, mi gente y mis amigos. El camino, estimado amigo, es mirar al infinito, es llenarte de sabiduria y de paz, es libertad de ser y de estar.

     He estado cerca de verte, el no ir de momento ha sido gracias a las manos de unos ínclitos doctores que sabían lo que tienen entre manos, otra vez será.....

 

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