Mi cabeza sigue estando en el camino y la compañía

viernes, 10 de diciembre de 2010

Estimado amigo:

     aqui ando de vuelta, de vuelta a lo cotidiano, de continuación a lo común, a lo corriente, vuelvo del camino que llaman Mozárabe de Santiago, vuelvo de gozar de aire, de oxígeno, vuelvo de disfrutar de estampas sin maldad, de llevar en mi mente cantos y poemas recitados sin mover los labios, de citar en mi pensamiento versos y estrofas clamando mi libertad, hago memoria con el hogar en la espalda, rayos y centellas en el cielo y el agua mojando mi cuerpo, hago memoria amigo de estrofas de romeros:
Ser en la vida romero,
romero solo que cruza
siempre por caminos nuevos,
ser en la vida
romero,
sin mas oficio, sin otro nombre
y sin pueblo....
ser en la vida
romero.....romero..... solo romero. *

     Parece que soy otro amigo, otro que no el mismo, aprendiendo de las almas que nos rodean, ilustrándome del corazón de la gente que todavia vive para dar y ayudar a sus semejantes, sin puñaladas cainitas, sin sacar nada a cambio, ni por supuesto esperar sacarlo ¡que raro verdad!, cuando menos lo esperas se alarga un brazo con una bota de vino para compartir, de igual a igual, sin ser nadie el dueño del trofeo o mojar en un queso una vez echa la ofrenda de levantarle la tapa y al ritmo de untar y paso atrás surge la charla de lo sano, el chisme de lo antiguamente cotidiano y hoy perdido.

     El peregrino avanza en el sendero, el caminante medra en el camino y vuelven en silencio versos y estrofas de soledad, retorna el peregrino a su añoranza, regresa el caminante a su melancolia, los labios sin moverse a ritmo de la respiración cansada sacan a Machado de mi mente:
Caminante, son tus huellas
el camino y nada mas;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

     Vuelve uno de andar, vuelve uno del camino, vuelve uno de la paz y la amistad, vuelve uno de la soledad y de la compañia, vuelve uno del cansancio y el regocijo, y vuelvo a estar acá, en casa, cuelgo la concha y la gancha, guardo la tau, mimo las botas con tanto camino y ahora toca la espera, la espera de otro camino, la confianza de seguir en la vereda y eso es lo que no guardo, ni las ganas ni el empeño de volver a la senda del caminante, de volver al camino del peregrino, mañana te cuento, mi cabeza sigue estando en el camino y su compañia.

    Hasta mañana.
  
* León Felipe, poeta zamorano
  
  

  

1 comentarios:

Cavandhi dijo...

Me ha gustado mucho tus palabras reflejadas en letras....
Nos vemos en el Camino.

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